Esta tarde me comí dos cargazones uno verde y uno rojo, tan deliciosos tan sublimes, tan suculentos, ninguno mejor que el otro, simplemente diferentes en sus detalles, un gusto de la boca, un gusto para mi paladar, sin mencionar mi pupila, que su simple forma es tán bella que cualquiera es tentado a probarlos, una tentación de la vida, primero me comí el verde, tan fresco y claro, primero pequeñas mordidas, después un bocado que de un inicio era un sabor constante y de un instante a el otro me encontraba saboreando una frescura impactante pero no molesta, un sabor parecido a la de una menta pero mas dulce, sin llegar al extremo de empalagar, después de cerrar los ojos para dejar a mas sentidos disfrutar. Observe a la segunda victima de mis sentidos, ahí simplemente con un rojo intenso, de ese rojo que te dicta precaución pero en tu corazón lo deseas, de ahí dicen que el rojo enciende los sentidos, te pone alerta pero quieres acercarte cada vez mas a ese color. Lo tome, como con el primero le di pequeñas mordidas, el cual produjo un sabor dulce algo familiar. Sin arrebato me lo metí a la boca completo, lo fui masticando dejando soltar ese sabor dulce en mi boca que a diferencia del primero, era constante, dejaba a mis sentidos en un nivel sin subir ni bajar, una hora después y sigo saboreándolo así, cosa que quisiera en mi recuerdo siempre.
Los dos con sus diferencias pero iguales en esencia, Tan sublimes que hacen sentir el amor en un bocado. Las cerezas pero que ricas. =P
Comentarios